No te conozco, no se nada de tí...
Ni siquiera nuestros pasos
se han cruzado en el camino,
pero sé que erés tú.
No te he puesto nombre,
ni sé donde vives;
tampoco importa la distancia.
Cuando dos almas se encuentran
así, por casualidad,
esa misma casualidad que las unió
las hace coincidir de nuevo.
En un sitio diferente
bajo un cielo extraño
que solo pertenece a ellos dos.
Quiero que me dibujes ese cielo,
mientras tanto te esperaré,
aquí,
viviendo debajo de las nubes
No hay comentarios:
Publicar un comentario