domingo, 28 de octubre de 2007

Como un día cualquiera...

Me encantan los domingos.

Son como una estrella fugaz, que en un abrir y cerrar de ojos, y sin que tengas tiempo de pedir deseo alguno, desaparecen y se borran por completo del calendario.

Pero, quiza por eso, tienen ese encanto que les hace ser tan especiales. Normalmente se despiertan cercano al mediodía y nos dan la bienvenida sin ese ruido destornillante que diariamente produce nuestro despertador.

No sientes prisa alguna, no hay ninguna obligación. Queda algo en la nevera, te acercas y lo metes en ese aparato que para la mayoría de los novatos en esto de la emancipación, es considerado el mejor invento del mundo- mundial, como diría Manolito Gafotas.

No tienes nada que fregar, que recoger... Te tumbas en el sofa y buscas entre esa pila de DVds que se disponen a lo largo de tu estantería una película cualquiera, aunque la hayas visto mil veces y recuerdes todos los diálogos. Nada te preocupa.

Pasas horas y horas tumbado en ese sofa, ese rincón que parece reservado solo para los domingos, que también echaba de menos por un momento algo de compañía.

Comes y comes palomitas, aunque siempre toque echarlas algo de sal, y nunca sepas por qué; quizá porque como todo, es difícil encontrar el sabor a la vida, en su punto.

De repente suena tu movil; casí lo tenías olvidado, perdido sobre la cómoda de tu habitación. Aceptas, y te das cuenta de que incluso siendo domingo , las callen sigen respirando y acogiendo ese herbidero de gente que diariamente las recorre, sin reparar seguro hacia donde van sus pasos.

Llegas al bar más cercano, ese que quizá por estar ahí mismo nunca sentiste la curiosidad de entrar. Después de unas cervecitas , mirás al reloj y ves que es la hora.

Mañana tienes que madrugar, todo se está empezando acabar.

Enciendes el ordenador, te encantaría escribir sobre algo fascinante que te haya ocurrido hoy, pero solo te queda ésto.

Escribir con la mejor ilusión, sobre un día cualquiera

sobre este domingo, como otro cualquiera

lunes, 22 de octubre de 2007

Un pasito más...


Que bien, sí, que bien!


Necesito perderme,

dejarme llevar,


no pensar ni dónde,

ni porqué.


Moverme, moverme, mucho,


no quedarme quieto.


Llenar mi día a día de pequeñas ilusiones,

de esas que solo se ven

cuando tu esas dispuesto a descubrirlas


Están ahí esperándote

te mirán, saben que existes

que pasas todos los días delante de ellas

y no te fijas.


Hay que estar muy atentos

son muchos detalles

y dedicados solo para ti.


Déjate llevar, descúbrelo


y encontrarás por fin

ese maravilloso camino

que esta ahí,


solo hecho para tí


Buen viaje!!

domingo, 7 de octubre de 2007

Dibújame un cielo...


No te conozco, no se nada de tí...


Ni siquiera nuestros pasos

se han cruzado en el camino,

pero sé que erés tú.


No te he puesto nombre,

ni sé donde vives;

tampoco importa la distancia.


Cuando dos almas se encuentran

así, por casualidad,

esa misma casualidad que las unió

las hace coincidir de nuevo.


En un sitio diferente

bajo un cielo extraño

que solo pertenece a ellos dos.


Quiero que me dibujes ese cielo,

mientras tanto te esperaré,

aquí,


viviendo debajo de las nubes